Composición y procesos diagenéticos de los depósitos de arenisca y toba de la Formación Cardiel (Cenomaniano), área Lago Cardiel, provincia de Santa Cruz.
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Resumen
La Formación Cardiel de alrededor de 200 m de espesor en el área estudiada, contiene diferentes tipos de depósitos volcaniclásticos, mayormente representados por tobas finas y bentonitas, y epiclásticos subordinados como areniscas líticas con colores castaño amarillentos, amarillentos u oliva claros, limolitas y arcilitas. Paleosuelos de tonalidad rojiza con algunas raíces axiales y débiles estructuras prismáticas aparecen en el tope de las limolitas, tobas o bentonitas. Las tufitas y tobas contienen los mismos componentes neovolcánicos, junto a abundantes vitroclastos y menor cantidad de fragmentos pumíceos. Diferentes tipos de vitroclastos pueden ser reconocidos dentro de esta unidad, mientras que los fragmentos pumíceos están representados por diversas variedades vesiculares. Clastos de tobas son frecuentes en las tufitas. Casi todas las muestras contienen montmorillonita diagenética y pedogenéticamente infiltrada, como así también zeolitas. Fueron identificadas clinoptilolita Ca-Na-K (Si/Al>4) predominante, y menor cantidad de analcima (Si/Al cerca de 3). La esmectita y la clinoptilolita pueden reemplazar los vitroclastos y los fragmentos pumíceos, o rellenar espacios, mientras que la esmectita también forma finos cutanes. La secuencia de procesos diagenéticos incluye la transformación (hidrólisis) del vidrio a esmectita, y luego a zeolitas. Además, las zeolitas preceden el crecimiento de calcita (a veces remplazan vitroclastos o fragmentos pumíceos), y la infiltración de óxidos-hidróxidos de hierro. La variación vertical de las zeolitas puede ser explicada por la existencia de aguas percolantes en un sistema hidrológico abierto. La presencia de zeolitas a lo largo de todo el perfil analizado permite asignar esta asociación mineralógica a la zona de clinoptilolita. La interpretación paleoambiental de la Formación Cardiel incluye la presencia de corrientes mareales en amplias albúferas. Las paleocorrientes medidas en las areniscas revelan direcciones dominantes de transporte de sedimentos hacia el norte, noreste, y en menor medida, hacia el sudoeste. El paulatino incremento en el contenido de tobas y bentonitas cubriendo las albúferas y formando amplias planicies favoreció el desarrollo de paleosuelos. La abundancia de vitroclastos indica un origen magmático desde los volcanes situados a lo largo de la Cordillera de los Andes. Probablemente ocurrieron procesos alternantes de volcanismo pliniano y sub-pliniano y, tal vez, breves procesos de volcanismo freato-pliniano.
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